Un vehículo eléctrico es CERO EMISIÓN, es decir, mientras está en movimiento no produce emisiones de gases ni partículas, lo que impacta directamente en mejorar la calidad de aire en las ciudades pues se disminuye la contaminación local. En Chile, 12 ciudades han sido declaradas como zonas saturadas en material particulado, siendo el sector transporte una de las principales preocupaciones para las autoridades. Mejorando la calidad del aire, se generan beneficios directos en salud y enfermedades respiratorias, principalmente en la población infanto-juvenil y en adultos mayores.
La electromovilidad utiliza como fuente energética la electricidad, es decir, no ocurre combustión fósil (gasolina, diésel, gas) y por tanto no se producen emisiones directas de CO2 mientras un vehículo eléctrico se mueve, contribuyendo así a combatir el cambio climático. Este beneficio se logra maximizar cuando la electricidad es generada también con tecnologías de cero emisión, como lo son las energías renovables.
Los vehículos eléctricos casi no emiten ruido, esto se hace más relevante en flotas numerosas de vehículos, en vehículos pesados con motores diesel o en vehículos operando a velocidades por sobre los 50 (km/h).
Los mecanismos y tecnologías de los vehículos eléctricos no requieren de lubricantes y filtros, lo que reduce el manejo de residuos peligrosos. Por otra parte, los sistemas de freno sufren menor desgaste dado que los vehículos eléctricos emplean un sistema de frenos regenerativos. Las baterías eléctricas, luego de cumplir su ciclo de vida en el vehículo (8 a 10 años) pueden seguir siendo usadas para aplicaciones estacionarias (10 - 15 años) y posteriormente pueden ser recicladas.
Cuando logramos transportar una determinada cantidad de kilómetros a personas o carga pero utilizando menos energía, entonces estamos haciendo eficiencia energética en el transporte. Un vehículo eléctrico gasta en torno a un quinto de la energía que un vehículo a combustión equivalente, principalmente porque las eficiencias de un motor de combustión interna no superan el 50% mientras que las de un motor eléctrico están por sobre un 95%. Además, los vehículos eléctricos tienen la ventaja de recuperar energía gracias a los sistemas de frenos regenerativos. Por lo tanto, para una misma distancia y una misma condición de carga o pasajeros transportados, esta eficiencia energética se traduce en un ahorro económico en la operación.
Chile ya inició el camino de la diversificación energética en el sector de generación eléctrica, donde las energías renovables vienen desplazando las centrales termoeléctricas convencionales y donde se espera que al 2050 la participación de la generación con energías renovables supere el 70% de la matriz.